Entre las últimas terapias para el tratamiento de algunos tipos de disfunción eréctil de origen vascular, la terapia de ondas de choque de baja energía está demostrando ser un método muy efectivo para pacientes que la sufren.
En un estudio reciente, el 77,50% de los pacientes estudiados que sufrían disfunción eréctil y que fueron tratados con terapia de ondas de choque de baja energía afirmaron observar una gran mejora con el tratamiento, y un 54,04% fueron capaces de mantener relaciones sexuales sin ningún tipo de medicación.
¿Qué son las ondas de choque?
Se trata de ondas de presión que viajan a la velocidad del sonido. Se utilizan desde 1980 a nivel médico, y sus utilidades médicas han ido en aumento desde entonces.
En concreto, las ondas de choque destinadas a la disfunción eréctil son de baja energía, a diferencia, por ejemplo, de las empleadas para las litotricias (disolución de cálculos renales), que son de alta intensidad.
Las ondas de choque de baja energía se emplean para:
- Suprimir zonas dolorosas.
- Relajar la musculatura.
- Estimular la proliferación de vasos sanguíneos.
- Mejorar la circulación sanguínea.
Utilidad de las ondas de choque de baja energía
Las ondas de choque de baja energía tienen diversas utilidades. Se pueden destinar al tratamiento del dolor en varios procesos traumatológicos, como la fascitis plantar, la tendinitis o el codo de tenista, por sus efectos analgésicos y antiinflamatorios. También son empleadas en otros campos, como la fisioterapia, la traumatología o la medicina estética, entre otros.
Estudios demuestran que este tipo de ondas benefician la neovascularización, es decir, la creación de nuevos vasos sanguíneos, hecho que desemboca en una mejor circulación sanguínea. La neovascularización se prevé que aparece a partir de las 4 semanas después de finalizar el tratamiento.
En pacientes que padecen la enfermedad de LaPeyronie (una enfermedad que provoca una curvatura o torsión del pene, durante la erección, a causa de la formación de una banda fibrosa en la túnica albugínea de los cuerpos cavernosos del pene), las ondas de choque de baja intensidad actúan sobre la placa de fibrosis y sobre el tejido eréctil y mejoran el dolor y la erección.
Hay diferentes estudios que sugieren que las ondas de choque de baja energía tienen efectos curativos en pacientes con disfunción eréctil vascular, ya que la neovascularización mejora la circulación sanguínea. Las conclusiones a las que llegan los profesionales es que los pacientes tratados con ondas de baja energía mejoran su función eréctil y su función endotelial sin presentar dolor ni efectos adversos.
También se ha estudiado la eficacia de este tipo de ondas en pacientes que padecen una disfunción severa y que no han respondido a las pastillas utilizadas para tratar la impotencia. Se ha demostrado que las ondas de choque de baja intensidad han mejorado de manera muy relevante su función eréctil.
Las ondas de choque de baja energía inducen la formación de nuevos vasos sanguíneos, favoreciendo la entrada de sangre y estimulando el almacenamiento de sangre en los cuerpos cavernosos del pene. Además, potencian los mecanismos relajadores del endotelio vascular y todo ello conduce a conseguir una buena erección.
Tratamiento
La mejor forma de beneficiarse de estas ondas radica en aplicar el difusor de las ondas en la región lateral del pene en ambos cuerpos cavernosos.
Actualmente se están aplicando unas 6 sesiones, una a la semana, que duran entre 15 y 20 minutos. En cada sesión se aplican alrededor de 900 ondas en cada lado y ofrece unos resultados significativos.
Más información sobre el Tratamiento con Terapias de Choque para la Disfunción Eréctil.
¿Hay algún tipo de efecto adverso?
Estas ondas, al ser de baja intensidad, no producen dolor y son aplicadas de forma directa sobre el pene sin necesidad de emplear anestesia.
No producen ninguna clase de reacción sobre el miembro ni ningún efecto adverso.
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